Memoria
Acompañé a Ascensión Mendieta las dos veces que se intentó exhumar los restos de su padre, Timoteo. Recuerdo que la tensión se podía respirar en todo el equipo forense que estuvo trabajando en la primera excavación, quizá preocupados por no defraudar a Ascensión, que a sus 91 años, había hecho de la búsqueda de su padre, el motor de su vida.